El Templo sigue renovándose

Con gran alegría y un profundo espíritu de gratitud, compartimos con toda la comunidad que hemos concluido la segunda etapa de la renovación de nuestro templo parroquial.
Este lugar sagrado, corazón de nuestra fe y de tantas historias compartidas, sigue transformándose para ser cada día más bello, acogedor y digno de nuestra Madre, Nuestra Señora del Valle.

Nuevas imágenes que acompañan nuestra oración

A los pies del altar ahora se encuentran San Agustín y Santa Mónica, cuya vida nos recuerda la importancia de la fe constante y la oración perseverante. Su presencia nos anima a acercarnos más a Dios y a confiar en Él en todo momento.
En el margen derecho del templo también se ha colocado la imagen de San Cayetano, patrono del pan y del trabajo, tan querido por nuestro pueblo y siempre cercano a quienes lo invocan.

Obras hechas con manos de hermanos

Cada avance de esta etapa lleva el sello del cariño y compromiso de nuestra comunidad.
Desde la restauración de las imágenes, realizada con dedicación por Roxana Bascur y Aida Barrios, hasta el trabajo de templado de vidrios con resina —en el lugar donde antes se encontraban los canteros— a cargo de la arquitecta Julia Cabral, todo ha sido fruto de la entrega de los mismos fieles que día a día sostienen la vida parroquial.

Un ambiente de amor fraterno

Más allá de las obras materiales, lo que verdaderamente se ha fortalecido es la unión y el espíritu comunitario. Cada gesto, cada hora de trabajo y cada donación son testimonio de una fe viva, que se traduce en obras concretas y en un ambiente de amor fraterno que se respira en cada rincón del templo.

Gracias de corazón a todos los que, de una u otra manera, han hecho posible esta segunda etapa. Que cada espacio renovado sea siempre un lugar de encuentro con Dios y de abrazo fraterno entre hermanos.

Un agradecimiento especial a todas las donaciones anónimas que se han recibido para la completitud de esta gran obra 

Nuestra Madre del Valle siga guiando este camino

En esta etapa también se adecuó la calefacción del templo en la parte central, para ayudar a que las celebraciones se vivan con mayor comodidad, especialmente en los meses fríos.

Queremos agradecer el trabajo de Raúl Banegas, quien llevó adelante la refacción de la fuente decorativa y la renovación de la iluminación central del templo, así como del sector de vitrinas y pasillos, embelleciendo aún más nuestro espacio de oración y encuentro. A Favio Balanzino por toda su dedicación incluyendo el tendido eléctrico. A Gustavo Goytendia que con gran generosidad puso su esfuerzo (¡y hasta músculos!) en distintas tareas técnicas

También a nuestros sacerdotes y ministros, que si bien solemos verlos con agua en las bendiciones, esta vez los vimos con agua y jabón, dándole una limpieza profunda al templo y dejándolo reluciente.

Con mucho entusiasmo anunciamos la finalización de la segunda etapa