Mas servidoras en el altar

Cuatro nuevas acólitas para la familia del Valle

CELEBRACIÓNINFORMACIÓN

11/18/20252 min read

El 16 de diciembre de 2025 la comunidad de Nuestra Señora del Valle vivió un momento realmente hermoso. En una misa llena de emoción y gratitud, fueron instituidas como acólitas cuatro jóvenes de nuestra parroquia:

Mariana Isabel Tobón Arrieta, Rocío Layla Medina Vega, Anjury Ginneth Perdomo Ortiz y Noemi del Milagro Ferreyra.

Hace tiempo que ellas forman parte activa del grupo de jóvenes IXTUS, compartiendo espacios de oración, formación, misión y sirviendo en las misas; pero ahora se suman de manera formal y especial al servicio del altar, poniendo su tiempo, sus talentos y su fe al servicio de toda la comunidad. Verdaderas jóvenes que inspiran.

Una celebración que se hizo abrazo

La celebración estuvo presidida por los padres Santiago y Diego, acompañados por los padrinos Graciela, Cristina y Fernando, quienes con su presencia y oración acompañaron de cerca a las nuevas acólitas en este importante paso.

Todo refleja lo mismo: somos familia. La parroquia entera se unió en acción de gracias por estas jóvenes que sellaron un compromiso concreto de servicio.

Verlas en el altar, siempre dispuestas, nos recuerda que la Iglesia está viva, que el Señor sigue llamando y que los jóvenes tienen mucho para dar. Muchas veces esa entrega es silenciosa y fiel, no tiene cartel ni ruido, pero ellas están y dicen presente.

¿Qué significa ser acólita?

La palabra “acólita” viene del griego akólouthos, que significa “la que acompaña, la que sigue”. En la Iglesia, el acolitado es el servicio de quien ayuda al sacerdote y al diácono en el altar:

  • colabora en la preparación de los dones,

  • acompaña los gestos de la liturgia,

  • sostiene los signos que nos ayudan a rezar (cirios, cruz, incienso, etc.),

  • y cuida con especial amor todo lo que tiene que ver con la Eucaristía.

En el lenguaje cotidiano muchas veces hablamos de “monaguillos” o “monaguillas”, sobre todo cuando son niños. Pero cuando se trata de jóvenes o adultos que asumen este servicio de manera más estable y responsable, el término más adecuado es justamente acólitos o acólitas.

Ser acólita no es solo “ayudar en misa”: es una forma concreta de seguir de cerca a Jesús, de aprender a servir como Él sirvió y de ponerse al servicio de la comunidad para que todos podamos celebrar mejor la fe.

Damos gracias a Dios por Mariana, Layla, Anjury y Milagro.

Pedimos especialmente por ellas: que Nuestra Señora del Valle las cuide siempre bajo su manto y las sostenga en este hermoso camino de servicio en el altar y en la vida cotidiana. Que nunca pierdan la alegría de servir, que sigan creciendo en amistad con Jesús y que su ejemplo anime a más jóvenes a ofrecer también su “AQUÍ ESTOY”.